Carcoma

Autora: Layla Martínez
Temas: pueblo, vida rural, envidia, familia, extrañeza, rabia y odio, casa «encantada».
Carcoma, de Layla Martínez, es una novela que parte de una premisa inquietante: todas las casas guardan la historia de quienes las han habitado. En esta, perdida en medio del páramo, las paredes parecen hablar de voces que surgen de debajo de las camas, de santas que se aparecen en el techo de la cocina y de desapariciones nunca resueltas. Los vecinos desprecian a sus dos habitantes cuando el sol brilla, pero en la oscuridad acuden a ellas buscando ayuda. La abuela conversa con las sombras que viven tras las paredes y dentro de los armarios, mientras la nieta regresa tras un enfrentamiento con la familia más rica del pueblo. Juntas comienzan a desenredar la historia de la casa, descubriendo que las sombras siempre estuvieron de su lado.
Sin embargo, lo que ofrece Carcoma no es exactamente un relato de terror al uso. Más que miedo, lo que transmite es incomodidad. Esa es la palabra que mejor lo define: un libro que incomoda, que escuece, que no será del gusto de todos, pero que logra dejar huella. Para mí ha sido una oda a la envidia, a la rabia que nace cuando algo resulta injusto, y también una crítica social, aunque desde una perspectiva distinta y nada convencional.
Hay varios elementos que se entrelazan con fuerza:
- Una casa que se convierte en personaje.
- Sombras o fantasmas que rozan la semi brujería.
- Una familia desestructurada marcada por diferencias sociales.
- Rabia, odio y maldad como motor del relato.
Se siente crudo y verdadero, sobre todo al saber que parte de hechos reales. Al mismo tiempo, la prosa es soez, hiriente, descarnada, y entiendo que eso pueda echar para atrás a algunos lectores; no obstante, esa misma aspereza parece ser intencionada, como si la forma misma del texto buscara incomodar tanto como su contenido.
No sé si recomendarlo sin advertencias, porque no es un libro para cualquiera. Pero lo que no puedo negar es que es extraño, diferente y perturbador, y quizá por eso mismo me alegra que haya alcanzado tanto éxito, aunque todavía me sorprenda.
